Suciedad versus pureza
Ideología de género, tipologías familiares varias, leyes que promueven derechos ad hoc para eliminar vidas humanas y justificar la pedofilia y la pederastia… Todo esto, y más, para intentar justificar por sus narices sus desvaríos sexuales y sus sentimientos desnortados. En general, todos estos sentimentaloides, frívolos y superficiales, se piensan que deben aplaudir y promover cualquier forma de utilizar el sexo, la piel y el pensamiento…, porque creen que su libertad para eso está, sin tener la más mínima sospecha de que el ser humano, cuando renuncia a la castidad y a la pureza, está renunciando al Amor, está eligiendo un vacío tan profundo y solitario que llegará un momento en el que lo único que pueda llenarlo será el frío; un frío cosido a un profundo hambre, a una eterna sed.
Lo que es malo para el hombre siempre lo será, pero algunos intentan hacer pasar lo malo por bueno y lo bueno por malo, lo temporal por eterno, la oscuridad por luz, y conseguir así hacer un mundo gris, confuso y esclavista donde se tienen que reinventar hasta el arco iris. Es el maltrato más diabólico y más sutil que existe: el maltrato moral. Y no es llevado a cabo por personas impresentable, sino por gentes muy bien vestidas, con discursos muy solidarios y tolerantes -hasta que no les toleras a ellos-, pero totalmente vacíos de verdad, de unidad, de bien…, y sobre todo vacíos de belleza, sólo llenos de una excesivamente diseñada parafernalia.
Todos estos visionarios del compás, hijos de la Pachamama, herederos de una Ilustración que amarillea y orina, predicadores de un Renacimiento esclavista y profundamente asqueroso, jamás se darán cuenta de la profunda paz y calma que inunda al hombre cuando lucha por ser limpio de corazón; jamás lo sabrán porque para ello deberían llegar a ser sencillos y humildes, pero su orgullo les impide reconocer sus errores y les lleva hacia un esterilidad absoluta y hacia una fertilidad tan oscura que toda familia muere cegada en su propio ombligo.
Occidente está podrido, oriente ya lo hizo y el sur, donde brilla alguna luz libre de vez en cuando, está siendo aniquilado. Donde la violencia está mal vista reina el maltrato moral y la vida se destroza en los abrazos, que se convierten en veneno y degeneración. Sin embargo, y por mucha mierda que haya, algo siempre brillará como un eterno faro en la tinieblas de la noche: la pureza. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.