spain flag in pole

No sabía nada y creía saberlo todo, estaba perfectamente preparado para la carrera política. 

Chesterton

Mientras en una Europa envejecida y ciega comenzaban las vacaciones estivales, la mayoría de los españoles íbamos a votar –porque, según dicen, vivimos en democracia y es nuestro deber hacerlo… Ya escribiremos algo sobre tamañas sandeces en otro momento.

Poco nos importa el color del que se vistan las inservibles comunidades autónomas –auténticos reinos de taifas caciqueños que están por desaparecer más bien pronto que tarde– o las históricas provincias españolas: ayer nos dimos cuenta de que los españoles, de nuevo, han elegido que España vuelva a teñirse de sangre un año más, que siga reinando la desunión, el nacionalismo y el separatismo a ultranza…, y, cómo no, el capitalismo exacerbado, decimonónico, esclavista y deshumanizador… España sigue muriendo entre estertores.

La mayoría de los españoles, en un ambiente entre hipócrita e irrisorio, se acercaron el 23J a votar un cambio… y lo único que demostraron es que ni siquiera les interesa su Patria. Y, como si de un efecto rebote se tratara, ahí estaban la mayoría de los Medios de Comunicación alzando su grito de triunfo, interpretando los resultados como la gran respuesta del pueblo contra la crisis y la corrupción… ¿Realmente alguien se cree esto? Es como si los cerdos que caminan hacia el matadero en lugar de ir en dos grupos fueran en cinco…: menuda revolución. Al final acabarán todos lanzándose colina abajo mientras gritan ¡somos libres! como posesos desnortados.

La mayoría de los españoles que votan sigue votando a partidos políticos abortistas –asesinos de seres humanos, en este caso españoles e hijos de españoles–, cuyo ideal es el bienestar de los elegidos, cuya mayor trascendencia es el notable pecunio y la esperanza más deseada el poder moral-socio-político. La mayoría de los españoles que votan se están cargando España, insultando constantemente a nuestra verdadera historia y nuestras magníficas y preciosas raíces –nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y un larguísimo etcétera.

Cierto es que aún vive en esta Patria una minoría que defiende a sus hijos, ama a sus mayores, sabe qué es la libertad y trabaja por una España sonriente y eficaz, que no ebria de sandeces y mediastintas. Quizá alguno se haya desanimado viendo los resultados de estas elecciones tan penosas…, pero desde estos Ritmos queremos recordar que hace unos cientos de años también se asentaron en esta Patria unos listos mercantilistas que hicieron de la península reinos de taifas llenos de fasto y oropel…; sin embargo, una pequeña minoría de hombres y mujeres supo volver a unir Hispania de forma gloriosa, porque, si algo caracteriza el espíritu de esta Enorme Nación es su ilimitada capacidad de renacer.

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