Cotidianas caricias
Segundo semestre del 2018
Luz del mediodía
En el rincón para niños de la peluquería, cuatro renacuajas comparten medio metro cuadrado en torno a una pequeña pizarra. Una garabatea y otra borra. Otra, mientras saborea con placer una piruleta, supervisa la obra de arte abstracto. Y la otra, la contempla muy tranquila. Ningún roce, ningún malentendido, ninguna envidia. Todo disfrute. Raya que te raya y borra que te borra. Chupa que te chupa y mira que te mira.
Las cosas “inútiles” de los niños. Una pizarra, una tiza, un borrador, una piruleta, un pedazo de suelo… Sencillas herramientas para destripar el secreto del universo, para alcanzar la mayor sabiduría: la total despreocupación, la paz honda, la real felicidad.
Su actividad está en perfecta sintonía con la luz que baña la estancia: ambas destilan esa armonía que lo sustenta todo en esta tierra y a la que se le puede llamar Amor, Belleza, Verdad, Bien, Unidad: o Dios, que es lo mismo.
Tenemos que abrazarnos
1 de octubre del 2018
Una cascada de luz vespertina entrando por la ventana. Y en la habitación, una silenciosa lluvia de estrellas de polvo…, como nana de un niño que sueña despierto, que vive soñando, que sueña sonriendo.
El olor del clavel es como el de los corazones limpios: silencioso y blanco, y, en su abrazo, lo llena todo.
“Tú haces que quiera ser mejor persona”.
2 de octubre del 2018
La vivaz presencia de una niña risueña.
La compañía incesante de un ángel –de cientos de millones de ángeles.
El canto fiel del Duque de la Alegría –antiguo duque de Gandía.
El renacimiento de la fraternidad.
La gratitud por cada segundo sobre la tierra y la miel de la próxima cosecha.
La perfecta obediencia del peregrino de Chartreuse.
El perfume de la Reina de las rosas.
Se abre octubre, y con él, cada año, brilla el sol cálido y radiante de la Sabiduría.
5 de octubre del 2018
Quiero llegar lejos, muy lejos: hasta el fondo de cada uno de los corazones que se me regalen en el camino.
10 de octubre del 2018
Ha llovido y la tarde está totalmente nublada. La atmósfera es sugestiva. Salgo a bailar bajo la lluvia. Primero danzo con los cedros, gigantes majestuosos adornados con la magia del rocío. Sus largos y pendientes brazos me ofrecen un paso tranquilo. Visten un traje de lentejuelas cosidas a sus acículas que suenan como cascabelillos en cada golpe doble –clock-clock– de las caderas. Después, me asalta la arizónica con su profundo olor cítrico y embriagador, y la rumba es impostergable. Y para finalizar la fiesta, el dulce apetitoso canto de “Pan y Chocolate” –la pastelería de María, Rocío, Paula e Iraide– me regala el último baile: “Bombones de Viena”, de Johan Strauss –hijo.
17 de octubre del 2018
Una antorcha flameante: la luz inequívoca, entusiasta e inmarcesible de los mártires. Una flecha enardecida. Una daga enamorada. Un siempre-puedo-dar-más.
6 de noviembre del 2018
Una sonrisa roja de fresca rosa.
7 de noviembre del 2018
Cuando te callas: cuando te callas, brillas.
15 de noviembre del 2018
De vez en cuando, lloro: y cada vez que lo hago, sano.
16 de noviembre del 2018
La fuerza y la claridad de una voz sincera.
25 de noviembre del 2018
Apenas les quedan algunas joyas del otoño a los abedules. El tesoro ha ido a caer, deliciosa lluvia de oro, en mi imaginación, donde nada caduca.
9 de enero del 2019
Tengo Providencia, Pan y Fuego: ¿qué más quiero?.
4 de marzo del 2019
Cinco pequeños pájaros toman su matutino baño de aire asidos a las puntas de cinco esbeltas ramas, aún desnudas, del árbol más elevado del jardín. Estas se cimbrean levemente y ellos se balancean como en una hamaca. Parecen parte de las ramas, como cinco empuñaduras de cinco bastones. La gozosa sensación del aire sobre sus plumas y sus rostros es el más alto placer al que aspiran los animales: el placer sensual. Yo, rey humano, sin moverme de mi silla y mirando por la ventana ese sencillo baile, alcanzo un placer abismalmente mayor: contemplo un espectáculo auténtico, sonrío fruto del disfrute y agradezco esa gracia gratuita y predilecta del Creador.
La contemplación, la sonrisa y el agradecimiento suponen un vuelo en el alma más espléndido que el de cualquier pájaro. Un destello de eternidad. Los pájaros –como toda la creación– son para mí: yo, ¡yo soy para la Alegría sin fin!.
Las tropecientas mil alegrías que se pueden encontrar simplemente mirando por la ventana.
Escucho: “con cinco hijos que tienen, todos con carreras, y lo mal que han organizado la vejez de los padres”. Como si las carreras universitarias tuvieran necesariamente que ver con el crecimiento del alma, la amplitud del corazón. Como si gracias a ellas, quienes las realizan fuesen a cuidar abnegada, silenciosa y verdaderamente de sus ancianos. Como si el diploma sustituyera al único instrumento que ayuda a bien morir: la caricia. Como si aseguraran una vida buena y, más allá de esta, el premio gordo de la blanca eternidad.
Me parece que una vida buena tiene que ver con otro tipo de carrera. Aquella en la que no corres sólo, sino que caminas en compañía, mirando hacia los lados para socorrer, levantar y alentar a los que están más cerca, y mirado, socorrido, levantado y alentado a su vez por otros. Una carrera en la que al título individual lo sustituye el triunfo colectivo; al tiempo feroz, las tiernas caricias; y a la ambición desbocada, una esperanza al trote.
5 de marzo del 2019
“En el amor, hoy ya sólo creen unas cuantas docenas de niños, de ingenuos y de locos.”
“La muerte hace aflorar la magia de una certeza: que nada o casi nada es un problema.”
“Soñar largo y caminar corto. La imaginación por bandera y el sentido común por timón. El arco tenso y la flecha ligera. Caminar hacia lo imposible, a través de un montón de posibles pequeñitos. Coco y corazón.”
“La guerra no está en los cañones, sino en las almas que sueñan con dispararlos. Y los disparan.”
“El armamento que más abunda en este siglo es el vinagre de las almas, que mata a diario sin declaraciones de guerra.”
“Las únicas armas verdaderas contra la guerra son la sonrisa y el perdón, que juntos producen la ternura.”
“Conversar es vivir en compañía. Qué doble milagro: vivir y hacerlo en compañía.”
“Cuanto más santo, más conversable. Sí, un santo es eso: uno con quien da gusto hablar.”
“Diálogo: encuentro sereno en el que dos almas se desnudan.”
7 de marzo del 2019
“Uno debe acabar por tomar la propia vida en brazos y besarla.”
“Gaudium cum pace!”
“El futuro se escribe entre los abrazos de los amigos.”
“¿Qué son los aplausos sino viento, ruido y fruta de estación?.”
“Un milagro: tener esa misteriosa forma de fecundidad que hace que uno pueda engendrar alegrías, ideas o ganas de vivir en un alma diferente de la suya.”
“Los sueños excesivos son casi siempre el prólogo de la amargura. El verdadero porvenir es hoy. O soy feliz hoy o no lo seré nunca. O vivo hoy o seré sólo un muerto que sueña y que recuerda.”