la aventura de ser bueno

Ser bueno es una aventura mucho más violenta y atrevida que navegar alrededor del mundo (G. K. Chesterton)

El bien, por definición, es la mejor opción. Ser bueno es, en todos los casos, lo más oportuno. Pero hay veces que, aunque sabemos cuál es el camino correcto, resulta inmensamente difícil tomar ese camino. Tanto, que nos preguntamos seriamente si merece la pena o no. Si realmente compensa y es bueno para nosotros tomar ese camino.

Desafíos como el simple hecho de ser honrado, así como sacrificarnos por el bien de otros, embarcar batallas que no nos corresponden pero que requieren de nuestra ayuda, luchar por algo que sabes que va a salir mal pero que, de no intentarlo, serías un traidor… son desafíos que nos retan y ponen a prueba nuestra integridad y valores. Son asuntos del todo inauditos, que bien pueden llamarse atrevidos, temerarios, desvaríos o locuras. Son situaciones que te dejan sin salida y qué podrían resolverse fácilmente si simplemente decides «no complicarte».

El problema está en que elegir «no complicarte» implica casi siempre mirar para otro lado, volverte un poco más egoísta, un poco más cobarde, rendirte, dar la razón a los malos, asumir la victoria del miedo o dejar de creer en ti mismo. En resumen, hay veces que elegir “no complicarse” nos vuelve mediocres. Y los malos se aprovechan de los mediocres para joderlo todo.

Es aquí cuando hacer lo correcto se vuelve una aventura y un acto heroico. Y no existe acto heroico que no sea atrevido, temerario y valeroso. Tampoco hay acto heroico que no ponga a prueba la bondad y la integridad de ese héroe. Ni hay acto heroico que no se realice, en última instancia, por amor y para defender el bien de otro por encima del nuestro. Como tampoco hay acto heroico que no nos haga más fuertes, más felices y que no nos engrandezca. Por tanto, no hay acto heroico que no merezca la pena.

Pero dudamos y perdemos la esperanza de que realmente tenga sentido y de que tenga valor ese camino. Y yo me pregunto ¿acaso tiene sentido algún otro camino? ¿Acaso hay una forma plena o digna de vivir que no sea heroica? ¿A caso existe una vida valiosa si no encuentras algo lo suficiente importante por lo que perderla? ¿Existe belleza en una vida donde el amor no se enfrente al sufrimiento? ¿Acaso hay manera de ser feliz sin amar a alguien más que a nosotros mismos? ¿Se puede acaso, disfrutar verdaderamente del resto de placeres de la vida si no es para celebrar una victoria?

Yo al menos prefiero el camino heroico que el camino mediocre del pusilánime. Prefiero regirme por elegir el camino correcto, por muy arduo, imposible o decepcionante que parezca. Prefiero vivir y morir luchando en la aventura de ser bueno que hacerlo arrodillado. Y prefiero el Bien siempre antes que el mal. Prefiero aprender a amar verdaderamente que vivir siendo esclavo del miedo.

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